Isla del Encanto
Nunca pensé que pasaría el año nuevo en un lugar que no fuera mi casa o la de mis familiares. Esta fue la primera vez que sucedió y fue una experiencia hermosa que quedara plasmada en mi alma. Primero que todo quiero agradecerle a Dios por la vida y por la salud de mi esposo y la mía. También quiero darle gracias por el trabajo de los dos, que nos permite hacer estos viajes.
A mi esposo, mi mejor amigo, mi fiel compañero:
Gracias por ser el mejor cómplice de aventuras. Gracias por tu esmero en planear todo los viajes que hemos hecho hasta el más pequeño detalle. Gracias por tu paciencia y tranquilidad en momentos de estrés y confusión. Eres mi compás de navegación. Contigo todo es mejor.
A pesar de que fueron pocos días que nos quedamos, se nos multiplicó el tiempo. No podríamos habernos quedado en un mejor lugar. El lujo más valioso: dormir arrullados por el sonido de las olas. Las noches se nos hicieron eternas, tanto que nos despertábamos a cada rato pensando que ya había amanecido. Estoy convencida que alcance la etapa más profunda del sueño cada noche. Si tienen la oportunidad de viajar a un lugar que les permite dormir con el sonido de olas HÁGANLO! Les prometo que dormirán plácidamente. Aparte de dormir bien, comimos delicioso. La comida puertorriqueña tiene sabor y sazón propio. Me encantó el mofongo relleno de camarones y el de pollo. Y que decir de la gente? La amabilidad de los boricuas se sintió y que bello tener esa cualidad en Latinoamérica como tal.
Puerto Rico es hermoso, definitivamente regresaría a conocer el resto de la isla y sus encantos! Un viaje inolvidable, momentos únicos que viví aquí. Me voy con el corazón lleno y pleno de amor y gratitud.